domingo, 21 de febrero de 2016

El miedo a Dios, el origen de todos los problemas.

Hoy voy a disertar sobre un tema que también levantará muchas ampollas entre creyentes y no creyente y es el controvertido tema de Dios. En esta sociedad occidental tan materializada y deshumanizada decir que eres creyente es arriesgarte a que te tomen por facha, fanático, desfasado, anticuado, vulgar y poco más que tonto. Dios casi ha desparecido de la vida de los hombres y mujeres que se consideran cultos, progresistas y modernos porque los postulados y dogmas de todo tipo de religiones están diseñados para mentes muy estrechas y ancladas en el pasado y hoy nos resulta muy difícil aceptar normas que antes se acataban plenamente.
Es muy difícil para las mentes occidentales aceptar el concepto de Dios que hay en el Antiguo Testamento pues es un dios vengativo, cruel, que exige sacrificar animales e incluso a personas, pues exigió a Abraham que sacrificase a su hijo, que castiga a pueblos enteros con terribles plagas o diluvios, que elige al pueblo de Israel como favorito. También es difícil de aceptar que la religión cristiana, por ejemplo, haya creado guerras como las Cruzadas, las guerras europeas contra los protestantes, la aniquilación de los cátaros, la persecución de las mujeres y hombres que tenían una mentalidad más abierta siendo juzgados por la Inquisición y quemados en plazas públicas, el abuso sexual de tantos y tanto niños inocentes que se entregaban dócilmente a sus cuidadores y maestro, la aniquilación de pueblos enteros como los indígenas americanos por no someterse al nuevo dios que llevaron los europeos. Analizando todos estos hechos friamente, creer en Dios es poco más que ser un sanguinario como él y a nuestras mentes más evolucionadas nos parece repulsivo amar ese Dios, porque es como amar a Hitler o Stalin. simplemente nos resulta inadmisible ese concepto.
La inmensa mayoría de personas hemos adoptado otro concepto de Dios más acorde con nuestro grado de evolución y así tenemos un concepto de Dios AMOR el cual es imposible castigar con el infierno eterno a sus hijos porque se hayan portado mal, ya que si yo que soy humana, infinitamente más pequeña que Dios, que mi grado de AMOR es infinitamente más pequeño que la capacidad de AMAR de Dios y soy incapaz de castigar a mi hijo eternamente, repudiándolo sin mi amor, pues veo su limitación y su incapacidad para actuar de otra manera, cuanto  más nos amará Dios que es el AMOR mismo.
Hoy día con todos los avances en todos los aspectos creer en el Dios de las religiones, pues todas están cortadas por el mismo patrón, es completamente imposible y es por ello que la gente elige ser atea o agnóstica. Sin embargo, el hombre busca la trascendencia y necesita algo más grande que él para aferrarse porque vivir sin la trascendencia es vivir superficialmente y sin encontrarle el sentido a la existencia es imposible encontrar la paz interior.
La New Age está aportando actualmente lo que las religiones aportaron en el pasado y es por eso que está ganando tantos adeptos, pero estas tendencias también se dogmatizan y también se busca un Dios alternativo mas humano, pero también se corre el riesgo de caer en las imposiciones y normas que los "maestros, extraterrestes o  guías espirituales" dictan para los seguidores fieles y cautos, pues mucha gente da por hecho, que por venir una voz, una imagen de otro lugar ésta tiene que ser buena y esto no siempre es así.
Creo firmemente que los seres humanos tenemos guardado en nuestra memoria ancestral y encriptado en los genes el miedo pavoroso a ese Dios de las religiones y en estos momentos estamos rebelándonos contra ese concepto bien,  negando su existencia o bien abandonando las religiones establecidas y sustituyéndolas por gurús de la new age,
Sin embargo, sin solucionar el problema clave, que es el miedo pavoroso a Dios, tarde o temprano vamos a encontrarnos como al principio. Pues aunque creamos en un Dios AMOR cuando estemos delante de un infortunio de la vida, como la muerte o enfermedad de un ser muy querido, una ruina, un cataclismo, la guerra, el hambre, la sed, el frío..etc y tengamos necesidad de aclamar a Dios para encontrar alivio a tanto dolor nos será dificilísimo entregarnos dócilmente a su Voluntad, cuando en nuestra memoria ancestral hay programas de un dios perverso y malvado. Difícilmente podemos decir: "Hágase tu voluntad y no la mía".. Sin embargo, si hemos podido traspasar el miedo genético a ese Dios y hemos podido anclar en nuestro corazón la idea de un Dios AMOR, que ni juzga, ni condena, pues el AMOR es AMOR y siempre Ama y no perdona porque no necesita perdonar nada porque nada puede ofenderle, porque para su inmensidad nosotros los humanos somos como un niño de un año que hace una pequeña travesura. Como digo, si tenemos claro ese concepto y hemos traspasado el miedo a Dios, entonces será facilísimo entregarse a su voluntad y aceptar lo que sea que estemos viviendo como si lo hubiéramos elegido, porque de alguna manera lo hemos elegido. Lo increíble y maravilloso es que cuando hacemos esa entrega, desde esa confianza absoluta a ese Dios AMOR la magia aparece en la situación conflictiva produciéndose un auténtico milagro. Y no me creáis sin más, tratad de experimentarlo!


5 comentarios:

  1. ¡Impresionante!. Una vuelta de tuerca más hacia la gran liberación.

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  2. En mi experiencia y con respecto a mi última relación de pareja me di cuenta que no estaba enfadada con él (mi pareja) si no que estaba enfadad con Dios porque no me había dado lo que yo quería. Pero hay más, ahora me doy cuenta que Dios no nos pone o nos quita, es nuestra proyección inconsciente lo que nos hace sufrir y ahí Dios no tiene nada que ver. Pero lo proyectamos en él, tal y como dices Prado en tu escrito, Dios es Amor y el amor solo ama. Pasamos por experiencias dolorosas para darnos cuenta de que lo que nos ocurre no es real y podamos ver la grandeza de lo que somos. Gracias Prado!

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  3. Muy bueno Prado. En mi experiencia la aceptación de Hágase tu Voluntad, pasa por vivir la experiencia, vivir la experiencia para darnos cuenta de que no somos lo que está pasando pero nos lo hemos creído.
    Recuerdo mi última relación en la que pensaba que estaba enfadada con él, pero en realidad estaba enfadada con Dios por no darme lo que yo quería. Fue muy revelador verlo y comprender que era necesaria esa experiencia para verme y perdonar a él y a mi.

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  4. Como ya sabes no soy capaz de concebir la idea de Dios, ni siquiera el que tu describes. Soy agnóstico. Dicho eso, admiro por no decir que envidio, a las personas que sostienen tal creencia. A mi juicio el desprestigio de la creencia en la existencia de un Dios, viene dada por el uso y abuso que ha hecho el Poder y las clases sociales dominantes , en todas las religiones. Utilizando Dios y sus presunto mandamientos como forma de inocular el miedo en las conciencias de las personas para que ellas mismas se auto-censuren y se auto-castiguen. Y aunque lo que a renglón seguido diré, parezca o sea una contradicción, cuando la gente (en general) ha dejado de creer en Dios, ha creído y mucho en diversas tonterías. La autocensura y el autocastigo, en una medida razonable, compone lo que hemos llamado la moral o la ética. Conceptos que requieren de una parte de autocensura y autocastigo (admisión de la culpa), dado que sin reprimir parte de nuestros deseos y reconocer nuestros errores sin que nadie nos imponga tal actitud, es difícil convivir; es difícil aceptar que mis derechos llegan hasta que comienzo el del otro. También admiro a los creyentes en la capacidad de resignación, siempre que no sea desmesurada. Al final, puede ser, que todo sea cuestión de medidas, incluso creer en Dios. Saludos.

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  5. Siempre he oído decir a una tía mía la frase de que "Dios le da a cada uno lo que se merece" y, que, por eso, ellos tenían todo (principalmente dinero).
    En mi adolescencia, estuve enfadada con él y en mi infancia le tenía miedo porque mi padre falleció.
    Ahora, a mis 40 años, no concibo mi vida sin Él, y sé que no desea el mal a nadie ni nos concede lo malo.

    Esta persona de mi familia me hizo creer desde pequeña que era un castigo de Dios el que se llevase a mi padre y no entendía qué habíamos hecho para ello, si mi padre era un hombre de campo y trabajador, con mucha gente que le quería, al igual que a mi madre.

    Con los años, una se da cuenta que todo el mal es causado por las personas. Frases lapidarias, como la que he dicho, son promovidas por la maldad, odio, envidia de personas oscuras y perversas que, encima, se hacen llamar asímismas "buenas cristianas"

    Estas personas así, hicieron que me apartase de la Iglesia (cuando era mi remanso de paz) pero, desde entonces, empecé a descubrir la espiritualidad y, sé que eso tuvo que pasar para que amase más a Dios y al ser humano y mi fe aumentase.

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