Mi evolución personal y profesional me ha llevado a dar de lleno con la Leyenda Negra antiespañola.
El descubrimiento, hace bastantes años ya, de que todo lo que vivimos en nuestra vida es casi exacto a lo que vivieron nuestros padres, abuelos o bisabuelos me llevó a querer bajar más para conocer a los tatarabuelos y entonces me encontré que era necesario ir a estudiar historia.
Me zambullí de lleno en la lectura de libros y visionado de vídeos en internet buscando hechos históricos que pudieran ayudarme a comprender el entorno histórico y social que pudieron haber vivido mis bisabuelos y me adentré en el siglo XIX tan convulso de revoluciones y pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas
El pesimismo de los autores de la generación del 98, que había estudiado en literatura española en el Bachillerato, me ayudó a entender el pesimismo y pérdida de autoestima de toda la sociedad del siglo XIX y comprender que esa falta de patriotismo y autoodio que adolece la sociedad española de la actualidad tiene su origen en la sociedad española de la generación de 1898.
Este descubrimiento me apasionó y descubrí que Julián Juderías escribió el libro " La leyenda negra" en 1914 acuñando por primera vez el término.
Me apasionó la lectura de "Imperiofobia" de Elvira Roca Barea adentrándome cada vez más en la lectura de libros y el visionado de vídeos relacionados con la Leyenda Negra.
Entendí que no podíamos sentir orgullo sano de ser español porque no conocemos nuestra historia y nuestros ancestros son unos completos desconocidos.
Tuve claro que hay que hacer terapia a la Hispanidad si queremos sobrevivir pues estamos en suicidio colectivo.
Me atrevo a presentar el nombre de la nueva terapia: Hispanoterapia o la manera de sanar el alma colectiva de los descendientes del imperio generador más grande que ha existido.
