Necesitamos ayuda para desactivar el "punto ciego"

Como ya he analizado lo que es "el punto ciego"ahora me voy a centrar en como desactivarlo.

Para poder llegar hasta ese lugar es necesario un trabajo previo de ir desactivando la maraña  que envuelve y despista. Después de haber solucionado algunos temas por los que la persona acude a la consulta y si ésta ha descubierto que se pueden solucionar temas que ella creía imposibles y se le han "roto" algunas estructuras mentales, normalmente suelen querer seguir trabajándose  porque todo a su alrededor ha cambiado y ya tienen claro que todo es una creación nuestra,  y es así como un buen día surge de manera espontanea el "punto ciego".

Es un lugar que hasta ahora no ha salido en ninguna sesión porque o está velado evitándolo o está presente y la persona evita entrar allí hablándome de otros temas. Yo creo que no sale porque solo se abren los "archivos akásicos" si la persona está lista para asimilar y procesar toda la información que va a salir, pues el trabajo siempre es para el mayor bien de todas las personas implicadas.

Ya he analizado que da mucho miedo por lo tanto nadie puede ir a un lugar en donde sus ancestros claudicaron, en primer lugar porque ni se plantean la posibilidad de que "eso" pueda ser diferente de lo que es, ni porque hay energía suficiente para poder enfrentar algo tan "terrorífico". Por todo ello se necesita que un terapeuta experimentado, que previamente haya estado él "allí", acompañe al cliente con la presencia, con las palabras, en definitiva con la energía.

Cuando la persona llega al "punto ciego" tiene que tener una confianza total en el terapeuta y éste sostiene  al cliente con la energía de haber estado allí previamente en su propio proceso personal, ya que se produce una fuerte reacción emocional; convulsiones, dolor fuerte en alguna parte del cuerpo, temblor, llanto histérico, mucho frío o calor y terror, mucho terror. Es una catarsis y suele durar unos pocos minutos. Después la persona se tranquiliza entrando en un estado de paz y calma absoluta, suelen sorprenderse porque no tienen ni un solo pensamiento y empiezan a sentir como la energía circula por todo el cuerpo, llenando éste de un calor suave y agradable acompañado de un hormigueo por todo el cuerpo.
El estado de paz que alcanzan les lleva a sentir AMOR y COMPASIÓN por todos sus ancestros y familiares contemporáneos que han padecido o padecen este sufrimiento, es decir, la catarsis ha propiciado la apertura del corazón.
Lo increible de pasar por este proceso es que hay un cambio radical y absoluto en la vida de las personas que lo han hecho. No solo cambian ellas sino que cambian las personas y circunstancias que la rodean. En realidad es como haber muerto y volver a nacer pero esta vez ya, sin las cargas familiares y ancestrales.