LOS CELOS Y EL MAL DE AMORES

Hace unos días una amiga accedió a pedirme una sesión después de muchos años sin hacer ninguna terapia. Vivió experiencias maravillosas y experimentó la "magia" de los trabajos realizados conmigo y con otras personas pues hace muchísimos años que nos conocemos.

He comprobado que estos años en los que yo no he estado activa y replegada en mí misma la inmensa mayoría de amigas muy intimas han estado como yo, y el caso que voy a contar es una de ellas.

Hace ya tres años que vivió una historia de amor muy fuerte y tuvo una hija fruto de esa relación que terminó en el momento que el chico supo que estaba embarazada. Desde entonces, como consecuencia del dolor del despecho amoroso y de tener que criar en solitario a su hija entró en una amargura muy grande que ella no identifica pues es de un carácter alegre, muy extrovertida y simpática.

Su queja continúa es que está sola con la hija y no soporta la idea de criar a su hija en solitario. Su mirada llena de envidia se le va, sin querer, a las parejas que pasean niños en carritos. Físicamente está siempre agotada y de mal humor. Yo le he ofrecido muchas veces hacer una sesión para buscar el origen de ese estado pero ella está tan desanimada de tantos trabajos hechos y encontrarse en esa situación que ha llegado a aborrecer todo tipo de terapias.

Hace unos día me llamó porque se dió cuenta que tenía unos sentimientos muy malos hacía una conocida porque se había echado un novio y dejaba a la niña con un canguro para salir con la pareja y no le parecía normal que ella tuviera esos pensamientos tan negativos.

Empezamos como siempre conectando con los sentimientos y emociones actuales llevándolos a la mayor intensidad posible para atravesarlos y no huir como habitualmente hacemos para no sufrir.

Después le digo que quien vivió una situación parecida y entonces me dice que su abuela materna se quedó viuda muy joven con varios niños a su cargo. Le pido que conecte con su abuela y empieza a sentir las emociones de rabia, frustración, enfado y colera por haberse quedado viuda. Era una mujer que estaba muy enamorada de su marido y se volvía "loca" de celos cuando él se ausentaba. Mi amiga conecta con los celos pues ella ha vivido también dos historias de amor con la misma intensidad que los de la abuela. Le pido que sienta los celos en todos los poros de la piel y todas las células del cuerpo pues estábamos ayudando a la abuela a liberar esa emoción al resonar las dos con la misma frecuencia de la "locura de amor". Una vez que la abuela está tranquila, con más alegría le digo a mi amiga que conecte con el abuelo para sanarlo a él tambien.

El abuelo no quiere saber nada de sanación porque le da igual todo y no le importa su mujer. Le pedimos que hemos venido del plano de la vida para ayudarle a salir de ahí y él puede aprovechar la oportunidad que se le ofrece o seguir ahí por los siglos de los siglos sintiendo esa apatía. Le explicamos que ella, su nieta, necesita ayuda para salir de ese estado de apatía y amargura que le impide disfrutar de la crianza de su hija. El abuelo accede enseguida y le decimos que le vamos a hacer una terapia a él. Debe contarnos porqué está tan apático y desganado. Telepáticamente le cuenta a su nieta que no podía más con los celos  de su mujer. Era muy desgraciado porque hiciera lo que hiciera estaba mal y enfermó de la garganta muriendo por un tumor en las cuerdas vocales. Llegó a callarse para evitar discusiones.

En el otro plano es muy rápida la sanación. Basta con sentir la emoción en cuestión y enseguida entra la luz dando comprensión a lo vivido y perdonando rápidamente. Como siempre los dos se fueron a la Luz dandole las gracias por la sanación realizada.

Hace unos días de ésto y mi amiga me cuenta que está diferente. Le pregunto por la niña, que también vive enfadada, y me dice que lleva unos días diferente y hasta el papá de una amiguita le ha dicho que está más simpática y hasta más guapa.

Por supuesto, aún no ha recuperado su alegría que estoy segura irá apareciendo en la medida que vayan pasando las semanas.